El pericardio es una membrana (bolsa) que recubre el corazón. Esta bolsa está formada por dos capas entre las que se encuentra el líquido pericárdico, facilita una adecuada contractilidad del corazón sin que roce con las estructuras adyacentes y lo mantiene en una posición fija dentro de la cavidad torácica . Además, funciona como barrera ante posibles infecciones.
Dependiendo de la sintomatología, del tiempo de aparición y de la cantidad de líquido pericárdico acumulado puede que se indique un tratamiento antiinflamatorio para tratar la patología desencadenante. Pero en algunos casos son necesarios procedimientos más invasivos como es el caso de una cirugía para completar el diagnóstico y a su vez tratar la enfermedad.
Estos procedimientos son:
Consiste en la inflamación del pericardio y son muy variados los motivos que originan esta inflamación. Aunque es muy frecuente que no se pueda determinar el motivo (causa idiopática), en ocasiones nos encontramos que el origen es:
Generalmente el paciente tiene dolor y muestra alteraciones electrocardiográficas.
El tratamiento suele iniciarse con antiinflamatorios y se busca trata la causa que produce la perdicarditis aguda.
Entre las dos capas del pericardio suele haber aproximadamente 20-50 cc de líquido pericárdico pero en ocasiones se produce un aumento de producción de este líquido que queda acumulado en el pericardio (bolsa).
Los síntomas dependen en gran medida de la cantidad de líquido producido y del tiempo que este líquido lleva acumulado.
Cuando el derrame pericárdico es importante puede producir compresión de las cavidades del corazón, dificultando su contractilidad. Los pacientes que presentan taponamiento cardiaco suelen tener dificultad para respirar, dolor torácico, hipotensión y taquicardia. Cuando nos encontramos ante un taponamiento cardiaco estamos ante una urgencia médica.
En algunos casos la inflamación del pericardio se mantiene en el tiempo,
Cuando la inflamación del paricardio dura más de 6 semanas y menos de 6 meses se considera pericarditis subaguda. Sin embargo, algunos pacientes sufren esta afectación inflamatoria del pericardio más de 6 meses y la denominamos pericarditis crónica.
Con el paso del tiempo, el pericardio inflamado de manera crónica se engruesa y pierde elasticidad, en él se deposita calcio haciendo que se vuelva rígido y deje de ser elástico. Además, su tamaño disminuye y puede llegar a oprimir al corazón, limitando sus movimientos.
En ocasiones, estas enfermedades no se encuentran de manera aislada sino conjunta. Así, un paciente con pericarditis aguda puede que presente derrame pericárdico e incluso tener taponamiento cardiaco. El equipo de profesionales de la Unidad de Cirugía Cardiaca Dr. Rodriguez examinará al paciente para ofrecerle su diagnóstico.
Las causas son variadas y muchas veces se desconoce el motivo (causa idiopática).
La literatura recopila múltiples causas, entre ellas:
Es importante conocer que en el posoperatorio de la cirugía cardiaca puede haber casos de pericarditis aguda, derrame pericárdico y, en algunos casos, taponamiento cardiaco.
En estadios leves puede que el paciente no tenga ningún síntoma, pero en otras ocasiones el paciente presenta:
El equipo de profesionales de la Unidad de Cirugía Cardiaca Dr. Rodríguez valorará los síntomas que muestra el paciente para poder ofrecerle un diagnóstico de su enfermedad.
En primer lugar, el equipo médico valora los síntomas que el paciente manifiesta tener y le realiza una primera exploración física. Posteriormente, se deciden las pruebas a las que el paciente ha de someterse (electrocardiograma, ecocardiograma, TAC, resonancia magnética, etc.) y que pueden confirmar la afectación del pericardio, así como su posible causa.